jueves, 23 de febrero de 2017

Tonny González Palacios: “Como docente hay mucho que escribir”


Por María Belén Mejía y Lesly Vera
Texto y fotos 

Tonny González Palacios, docente universitario, escritor de temas relacionados a la historia y educación. Autor de los libros Fracciones de nuestra historia (2012) y Planificación, evaluación y acreditación. Única vía para la calidad universitaria (2016) ambos publicados por el Depu, mediante su sello editorial Mar Abierto.
Hace dos semanas lo invitamos a dialogar en torno a sus actividades de docente y autor, además para conocer los proyectos que como escritor se encuentra desarrollando.  

¿Cuánto conocimiento debe producir un docente universitario?
Creo que el conocimiento que debe producir, es tan proporcional a su formación y  voluntad en función de los desafíos que tenga en la cátedra. Lo importante es encontrar una media para el docente, que se estimule la producción del conocimiento, gestar en los estudiantes la producción del conocimiento alrededor del desarrollo de la cátedra.
No puede ser una producción artificial, es un hecho de fondo en donde él pueda dedicarse a escribir, a opinar y sobre todo a concretar eso en textos.

¿Qué títulos incluye su bibliografía? y ¿Qué objetivos ha cumplido con cada una de estas obras?
Toda bibliografía lo que hace es orientar y ampliar conocimiento, es decir, para producir un conocimiento tiene que informarse, leer, entonces una bibliografía lo que hace es ampliar las temáticas que se va a enfocar, no solo sirve para producir algo, la información produce en el ser un producto general que se lo va a concretar en el libro. Lo que he enfocado en mi libro, sobre la evaluación, ha sido en elementos que están presentes en varios países que han hecho experiencia en la evaluación y acreditación institucional, de hecho ahí está la planificación, la que se ve en todas las escuelas de administración y nosotros sabemos que la planificación es una guía para la acción, por eso es ineludible la gestión administrativa.
Los textos que escribí eran para comparar los enfoques que se han hecho desde otros países en cuanto a la evaluación, he tomado lo que dice la Ley de Educación y esos aspectos están bien definidos en tanto a qué es evaluación, qué es acreditación, sus objetivos, pero eso es texto literario, porque si no aplicamos esos textos en la práctica bajo una condición racional las cosas no van a salir.




En el 2012 el DEPU público su libro Fracciones de nuestra historia ¿Cómo fue esta primera experiencia con el sello universitario Mar Abierto?
Bien, se promocionó el libro en algunos eventos nacionales en donde había la exposición de Editorial Mar Abierto. Creo que el libro cumplió su objetivo, porque a nosotros no nos gusta escribir sobre historia, porque parece que nos agrada perder la memoria, y una de la cosas que debemos de recuperar, a la par de nuestra identidad, es recuperar nuestra memoria, la identidad se construye a través de una base operativa que es la memoria histórica que tienen los pueblos, que tienen las instituciones. Lamentablemente para situaciones de textos históricos hay poco apoyo, pero creo que esta función nos obliga a leer permanentemente, ya sea física o virtual, entonces hay que realizar programas para incentivar la lectura desde la docencia.

El año pasado se publicó su libro Planificación, evaluación y acreditación. Única vía para la calidad universitaria ¿Qué alcance ha tenido la obra hasta la fecha?
Es una publicación virtual y para mí sería prematuro valorar el alcance, porque se publicó en noviembre y no sé cuál ha sido el impacto de lectura, cuantos han abierto el libro virtual.

¿Qué objetivos ha cumplido respecto a la temática del reciente libro publicado?
En lo personal sí, porque yo me comprometí mucho antes con la evaluación, fui director de evaluación y acreditación en la ciudad de Babahoyo, después he asesorado a otras universidades sobre los procesos de evaluación y acreditación, es decir, tengo una vivencia y eso me ha permitido acopiar conocimientos, procedimientos y valoración de los procesos de lo que es una evaluación y una acreditación.
Creo que la acreditación nos empuja a cambiar los procesos, los procedimientos de trabajo, ahí nos sentiremos satisfechos. La gente observa los procesos, esos son los retos que tenemos.

¿Cómo se siente más cómodo, escribiendo sobre temas académicos o históricos?
Las dos cosas, yo juego en ambos bandos; la historia es una pasión y lo académico es mi reto de acción profesional. Como docente hay mucho que escribir, por ejemplo uno de los temas que voy a impulsar ahora es sobre la evaluación al estudiante y al docente, porque quien evalúa al estudiante sigue con los viejos modelos que vienen desde el colegio, no para ver quién sabe sino para ver quien se cae, entonces desde esa perspectiva hay que hacer de la evaluación un instrumento de la calidad, aquí venimos profesionales de otros órdenes y venimos a repetir como nos tomaban evaluaciones a nosotros.

¿Qué tan compleja es la vida de un académico-escritor en  nuestro tiempo?
Un poco complejo para quien lo decide escribir, la investigación primaria y la recopilación de investigación, al tener esa información usted levanta textos, después hace mensajería, porque tiene que llevar ese texto y cuando no tiene quien le publique uno tiene que sacar de su bolsillo.

¿Qué proyectos, vinculados a la escritura y publicación de textos académicos tiene para este 2017?
El proyecto de la revolución alfarista, y escribir algo más sobre la evaluación al docente porque aquí hay cosas que no están bien.


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